En la ida el equipo hizo un trabajo muy serio y logró un empate a cero, y en la vuelta se adelantó con un gol de Claudio López, pero la mala suerte se alió con los valencianistas y las numerosas ocasiones falladas se tradujeron en dos goles visitantes en los últimos diez minutos (McManaman y Berger). Tras el intenso partido de ida (con victoria valencianista 3-4 en el último minuto), el técnico Ranieri apodó como «dragón» al portero Cañizares, que detuvo un penalti en el partido y estaba haciendo unas excelentes actuaciones.