Así, esta localidad ha conservado en su casco urbano ese aire de tiempo quieto y ha renovado, allá donde y como el buen gusto lo permite, las infraestructuras que la vida actual demanda. Gracias a estas buenas actuaciones tanto en el campeonato doméstico, como en Europa, supusieron que en febrero del año 2001 el Celta fuese distinguido por la IFFHS como mejor club del mundo de ese mes. A tan sólo 14 kilómetros de la bulliciosa y cosmopolita Costa del Sol, la villa de Casares se extiende entre la Serranía de Ronda y el Campo de Gibraltar.