En 1973 logró el ascenso, pero el regreso a Tercera División fue efímero y solo duró una temporada. Su temporada estuvo condicionada por su firme decisión de regresar al Atlético de Madrid aunque le costase seis meses de parón de su carrera. Dotarla también de un valor, como en el caso de la camiseta de la selección femenina estadounidense, es el paso siguiente.